Los motorreductores o reductores de velocidad son convenientes para el funcionamiento de una amplia variedad de equipos industriales, donde es crucial la reducción de su velocidad por motivos de eficiencia y seguridad. Se diseñan con base en engranajes y mecanismos de variadas geometrías según la función y dimensiones de los motores donde se acoplan.
Si no se fabrican adecuadamente, los equipos donde funcionan presentarán problemas, por ejemplo, sobrecalentamientos o ruidos anómalos, por lo que es importante establecer controles de calidad y mantenimientos regulares, entre los que destaca la lubricación. Considerar estos aspectos permitirá a los negocios mantener o aumentar su competitividad.
Los motorreductores y su funcionamiento
Al integrarse con los motores eléctricos, permite que operen a velocidades que no corresponden a los de su diseño, lo que es conveniente en algunos casos para evitar deficiencias en las aplicaciones. Es poco común que los equipos operen según las velocidades proporcionadas por los motores, por ejemplo, a 3,600 o 1,800 revoluciones por minuto. La inclusión del reductor reducirá esa cifra a 100, 60 o 50 revoluciones por minuto, de modo que funcionen de forma eficiente y añadiendo fuerza y potencia.
Los motorreductores de marca y que reciben mantenimiento periódico, como la lubricación, ofrecen varios beneficios, como:
- Su instalación y desmontaje son bastante rápidos.
- No necesitan tanto espacio para instalarse y poseen gran rigidez en el montaje.
- Brindan alta eficiencia al transmitir la potencia que suministran los motores.
- Tanto la potencia transmitida como la velocidad son regulares y constantes.
- Vuelve seguras las transmisiones, lo que disminuye los gastos en mantenimiento.
¿Cuáles son las funciones de los lubricantes?
Ahora bien, antes de hablar acerca de la lubricación, es importante mencionar que existen dos tipos de motorreductores o reductores de velocidad: abiertos (open gears) y cerrados (enclosed gears). En esta publicación hablaremos de los lubricantes aplicados al último tipo. Con respecto a las funciones que cumplen los lubricantes para estos dispositivos, destacan las siguientes:
Lubricación
Se trata de la función principal. Estos productos se producen para que no haya tanta fricción entre los dientes del engranaje al tener contacto, lo que reduce considerablemente su deterioro. El lubricante crea una capa fina y segura entre las superficies para que estén separadas y no presenten daños, especialmente en operaciones continuas.
Protección
Los lubricantes están compuestos por aditivos especiales diseñados para que los engranajes no sufran daños por corrosión o herrumbre.
Refrigeración
Los lubricantes tienen la capacidad de absorber el calor producido según la aplicación para, posteriormente, disiparse y evitar peligrosos sobrecalentamientos.
¿Qué tipos de lubricantes hay en el mercado?
Sin importar la marca, encontrarán cuatro tipos de lubricantes que se recomiendan para distintas aplicaciones:
Lubricantes para engranajes R&O (rust and oxidation)
Este producto está basado en minerales y se refuerza con aditivos para evitar la herrumbre y la corrosión. Se recomiendan ampliamente en reductores de velocidad con engranajes de carga ligera.
Lubricantes engranajes compuestos
Este producto mineral está formulado con grasas sintéticas y de origen animal para lubricar y evitar los daños por deslizamientos. Se utiliza comúnmente en engranajes cerrados de tornillo sin fin, en los que los dientes de los engranajes presentan deslizamientos muy pesados, ya que optimiza su eficiencia y disminuyen el calor. Los lubricantes compuestos ISO 680 o 460 se utilizan comúnmente en casi todos los dispositivos de engranajes helicoidales.
Lubricantes EP o de extrema presión
El nombre de estos productos minerales se debe a uno de los químicos que los componen, que se conocen como «químicos de presión extrema». Gracias a estos últimos, los lubricantes EP ofrecen una película altamente resistente en la zona de contacto de los dientes de los engranajes.
Los químicos de presión extrema consisten en sustancias activas o no activas, por tal motivo, es importante extremar precauciones al elegirlos y considerar los componentes de los motorreductores, ya sean de bronce o latón, que se corroen fácilmente. Cabe añadir que estos lubricantes son la mejor opción para situaciones de carga alta.
Lubricantes sintéticos
Este tipo se recomienda en aquellas aplicaciones donde los aceites minerales hayan llegado a sus límites de temperatura operativa (ya sea extremadamente altas o bajas) y de rendimiento. Es posible que contengan sistemas de aditivos inhibidos por químicos de presión extrema o antiherrumbre y antioxidación.
A diferencia de los lubricantes de origen animal, ofrecen varios beneficios, como amplios intervalos de cambio, bajas tasas de evaporación y de volatilidad, resistencia ante la formación de depósitos y residuos, buenas características de lubricación en condiciones operativas de altas o bajas temperaturas, altos niveles de viscosidad, excelente estabilidad ante la oxidación y el calor y, según el tipo de base sintética, bajos riesgos de incendios.
La lubricación es crucial, ya que, si hay incrementos en la fricción, gastarán más electricidad al usar los reductores. Igualmente, los retenes de este último se vuelven menos eficaces y se generan fugas si el lubricante se torna más líquido. Esto deriva en suciedad de la zona operativa, lo que no está permitido en el sector alimentario y disminución de la fiabilidad del dispositivo.
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